Cámara busca trípode

En alguna ocasión ya les he comentado que cuando nos compramos un equipo fotográfico hay determinados accesorios que debemos comprar desde el principio y no esperar a que nos haga falta, porque por experiencia se que el día que nos haga falta no tendremos tiempo para estar con decisiones. El trípode es un accesorio indispensable, porque hay determinadas situaciones en las que es necesario y porque para entender el funcionamiento de tu cámara, si estás iniciándote en la fotografía, con trípode se hace más fácil.

Debes tener en cuenta que hay más de una situación en la que necesitas el uso de trípode, así que es posible que tengas que tirar mano de él si vas a tomar fotografías de larga exposición, como fotografía nocturna o con efecto de movimiento; las condiciones de luz no son buenas y quieres sacar las fotografías sin flash como por ejemplo fotografía de interiorismo o localizaciones interiores con luz natural; selfies (el autorretrato de toda la vida) o una foto de grupo en la que quieres salir; fotografía de bodegón (usando una mesa de bodegón o un set que te hayas creado tú mismo en casa); y por último fotografías donde debemos hacer varias fotos sin cambiar el encuadre para fines artísticos, como por ejemplo HDR.

Lo primero es evitar comprar un trípode por comprar porque hay muchos casos en los que el precio te hipnotiza y no te das cuenta de que si bien el precio se ajusta a tu bolsillo, las características del trípode no, y no llega a cubrir tus necesidades. Así que, sin salirnos de nuestro presupuesto, elegiremos el trípode que tenga todo lo que necesitamos. Antes que nada tenemos que ver que sea estable, ya que si lo que necesitamos es que sea firme para que no haya ni el más mínimo movimiento no puede ser un trípode inestable ya que lo más mínimo (una brisa, por ejemplo) puede hacer que nos estropee una foto. Esta estabilidad viene condicionada también con el peso del trípode. No puede ser excesivamente pesado para que no sea incómodo a la hora de transportarlo, pero si nos hacemos con un trípode muy ligero hay más posibilidad de balanceo durante la exposición, así que optaremos por un trípode medianamente pesado. A la hora de manipular los ajustes del trípode debemos mirar que sean fáciles, cómodos y mínimos, no creas que porque tu trípode tenga muchas manivelas y llaves es mejor, a veces se agradece que nos simplifiquen el trabajo. Si nos vemos en una situación complicada para sacar una foto y tenemos que manipular un trípode que lo hace aún más complicado la situación se hace muy difícil, y se trata de que la sesión de fotos sea lo más cómoda posible y así la podamos disfrutar más.

Ahora llega el momento de decidir que rótula necesitamos en nuestro trípode. Los trípodes más económicos usan rótula plana, lo que nos permite dirigir la cámara de manera horizontal y vertical. Antes de comprar el trípode debemos decidir si nuestro trabajo nos va a exigir que el giro de la cámara sea en todas las direcciones, porque en este caso la rótula debe ser de bola, así que a la hora de explicarle al vendedor lo que buscas debes tener claro lo que necesitas. También tienes la opción de elegir un trípode con rótula intercambiable, lo que facilita que en caso de rotura de la rótula puedas cambiarla por una nueva sin necesidad de tener que cambiar todo el trípode.

Espero haberte ayudado. Piensa que tu trípode te va a acompañar durante muchos años si sabes elegir el modelo adecuado, así que no tengas miedo en hacer una buena inversión y de tomarte tu tiempo en decidir cual llevarte a casa. Si te estás iniciando en la fotografía hay un ejercicio práctico que mando a todos mis alumnos cuando comenzamos el curso y para el cual es necesario el uso de trípode: saca fotos sin salir de tu habitación, a ver que se te ocurre…