La fotografía es capaz de abarcar y retratar e inmortalizar cada uno de los momentos de la vida, y cobra especial importancia a la hora de congelar realidades que son cambiantes. Si bien en las personas los cambios son más o menos apreciables, en la naturaleza y las ciudades tienen otro ritmo, y es el arte del paisajismo el que se encarga de convertirlos en eternos.
Al ser un arte per se, no resulta sencillo dar unas reglas mágicas ni formulas secretas que, si seguimos al pie de la letra, nos den el mejor resultado. Sin embargo, si existen una serie de consejos y directrices que podemos y debemos conocer. Aunque, como siempre, las reglas están para romperlas
Horizontes rectos
Debemos, en todo momento, intentar tener los horizontes rectos en nuestra fotografía (salvo que estemos trabajando con planos aberrantes u holandeses). Esto ayuda a estabilizar las imágenes y darles la sensación de calma y tranquilidad propia de los paisajes.
Lo ideal es tratar de capturar las imágenes directamente con el horizonte recto, pero si no nos es posible siempre podremos hacerlo en postproducción
Usa angulares
Los objetivos angulares nos permiten capturar una mayor cantidad de información, así como nos pueden aportar un gran dramatismo si sabemos utilizar bien su deformación y su especial manera de trabajar con las líneas.
Son los objetivos por excelencia para el paisajismo, aunque eso no quita que podamos utilizar cualquier objetivo con el que nosotros nos encontremos cómodos.
Usa un trípode
Esta es una buena idea, aunque no te haga falta. Aunque no sea de noche y las condiciones de luz sean las mejores posibles. Básicamente, te obligará a parar y a pensar, a reencuadrar, a no moverte hasta haber conseguido la fotografía que se ha creado en tu mente al ver el paisaje.
Cierra el diafragma
Utilizar diafragmas más cerrados, nos permitirá aumentar la profundidad de enfoque. Y si juntamos eso con el uso de la hiperfocal, podremos tener todo nuestro paisaje perfectamente enfocado y así no nos perderemos ningún detalle.
