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Del móvil a la réflex, un salto al espejo: Canon EOS 1200D y Nikon D3200

Hace unos años, el acceso a la fotografía reflex, es decir, a la decisión de comprarse una primera cámara con espejo, solía venir de aquellas personas que se aficionaban a hacer fotos con su cámara compacta. El inicio al mundo del pentaprisma les permitía empezar a dominar todos los aspectos de cada imagen: la velocidad de la toma, la profundidad de campo elegida a través de la apertura del diafragma, el uso del flash, el punto de foco o desenfoque elegido…

Hoy las cosas han cambiado radicalmente. La telefonía móvil ha supuesto para muchísima gente el descubrimiento y el arranque de la curiosidad por el mundo de la fotografía. Las cada vez más increíbles cámaras de los smartphones, apps de grandísima calidad para editar tus fotos, y el éxito global de redes sociales fotográficas como Instagram o Pinterest han hecho que en muy pocos años un inmenso número de personas hayan descubierto una nueva pasión, y en muchos casos un talento para la fotografía.

De ahí viene que las marcas fotográficas tengan muy cuidado, con cámaras que son auténticas maravillas, el llamado entry level market el mercado del nivel de entrada al apasionante mundo de la fotografía réflex. En ambos casos se trata de dos de los modelos ‘superventas’ de las grandes marcas que dominan la fotografía digital, la Canon EOS 1200D y la Nikon D3200.

Son dos muy buenas cámaras y, sobretodo, con unos precios maravillosos. Pero la clave de todo es que para empezar, para saltar al mundo de la fotografía en que lo controlas tú todo (y no optas por disparar y encomendarte después al filtro Nashville) estas cámaras disponen de modos de disparo (paisaje, retrato, retrato nocturno, deportes…) y algunas ayudas que te harán entender qué está pasando cuando haces fotos. Si eres observadora, u observador, podrás ver al principio como la cámara decidió ajustar el diafragma, a qué velocidad disparó para congelar el movimiento, como quedó el fondo desenfocado en el retrato…

Porque, señoras y señores, de eso trata la fotografía réflex, de tener el control total sobre tus imágenes, de aprender al experimentar en el momento de la toma.

La Canon EOS 1200D es una gran réflex que, además, está ¡por debajo de los 300 euros! Monta un sensor APS-C de 18 megapíxeles (22.3×14,9 mm), capaz de llegar hasta los 6.400 puntos de sensibilidad ISO. Dispara tres imágenes por segundo, tiene nueve puntos de enfoque y graba video en HD a 1080 puntos.

La Nikon D3200, la cámara más vendida de Nikon, tiene un sensor un pelín más grande, de 24,2 megapíxeles (un CMOS de 23,2 x 15,4 mm), dispara 4 fotogramas por segundo y con una sensibilidad máxima de 6.400 ISO (forzable a 12.800) y también graba video HD a 1080, incluyendo aquí el enfoque constante durante la grabación de video (esto es algo que no hacían las cámaras en este segmento). En sus menús avanzados, la cámara te demuestra que está precisamente pensada para que aprendas a cada disparo, al incluir funciones como la de suavizar los fondos. Es una cámara de largo recorrido, es decir, que si la regalas o te la compras, tienes cámara para años.

Así que ya sabes. Si tu prima, tu hermano, tu amiga, tu novio, tu padre o tu profe de Pilates tienen un talento especial al hacer fotos con el móvil y hacen saltar la banca con tanto like en Instagram, regalarle una cámara réflex es invitarles a expandir su mundo, a buscar más allá de sus límites, a hacer estallar definitivamente su talento. Es, en definitiva, retarles a que se lo tomen en serio 😉

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