Tres joyas para el catálogo de objetivos Sigma

En los últimos años, Sigma ha destacado por ofrecer algunos objetivos que el sector ha considerado como un verdadero acierto. Por su calidad de construcción y prestaciones, los profesionales y aficionados avanzados de la fotografía han pasado a contemplar las novedades de Sigma como una opción más que seria para incorporar a su equipo. Y es que por precios más competitivos que objetivos parecidos en las grandes marcas, Nikon y Canon (aunque ya quizás habría que añadir siempre ya a Sony en esta dupla, ahora ya trío), puedes disponer de objetivos excepcionales que por prestaciones, óptica y tecnología son sin duda, top. Hoy te traemos tres de ellos:

Sigma 14mm f/1.8 Art

Sigma dio la campanada con este muy gran angular para cámaras full-frame, casi ojo de pez (con un ángulo de apertura de 114 grados), de su aclamada serie Art. En poco tiempo se ha convertido en un objetivo imprescindible para los astrofotógrafos y los fotógrafos, aficionados o profesionales, que disfrutan haciendo paisajes. Así que cuando se supo que Sigma apostaba por una lente de 14 mm, le daba una apertura de 1.8 f, y encima lo presentaba como serie Art, su gama top, hizo saltar la banca. Además de ser la lente perfecta para fotografiar las estrellas, también es un objetivo muy interesante para la fotografía de arquitectura y para la fotografía submarina, que pide objetivos con la máxima apertura posible, tanto de distancia focal como de diafragma. Como en cualquier objetivo de su serie Art, este objetivo lleva un enfoque motorizado de alta velocidad, llamado HSM (Hypersonic motor). Una pasada, para llevarte de paseo por la Vía Láctea.

Sigma 100-400mm f/5-6.3 DG OS HSM Contemporary

Ya hablamos hace un tiempo en este mismo blog del superzoom que Sigma se había sacado de la manga. El 100-400 Contemporary es una opción fantástica para fotógrafos aficionados al deporte de acción. Es un objetivo rápido, también con motor hipersónico, y sobretodo con un peso accesible, que permite un rango de alcance de 100 hasta 400 mm. Pesa solo 1,160 kg, un peso soportable para el equipo de un amateur avanzado, y con él obtendremos resultados excepcionales en fotografía deportiva, de naturaleza, o en viajes. Hay que recordar que es un objetivo que oscila entre 5 y 6.3 de apertura de diafragma, lo que hace que no pueda considerarse un objetivo muy luminoso, pero el gran mérito de Sigma ha sido dotarlo del OS que lleva su nombre, el estabilizador óptico, lo que te garantiza siempre que puedas disparar la instantánea sin darle a la fotografía ese efecto tan desagradable de trepidación siempre un par de puntos de velocidad más lento de lo que con otros objetivos similares te podrías permitir. Bien sellado y resistente, es un muy buen objetivo para viajar, un compañero imprescindible, por ejemplo, para fotografíar animales en un safari.

Sigma 300 mm f 2.8 EX DG

Este ya es un objetivo empleado casi exclusivamente para profesionales, y especialmente los que se dedican a la fotografía deportiva. Es el objetivo que sueles ver en los campos de fútbol de Primera División, el que los profesionales llevan encima de un monopie y con el que consiguen las imágenes que al día siguiente copan las portadas de los periódicos. Hasta hace poco, la mayoría de profesionales del fotoperiodismo deportivo jugaban su particular derbi Barcelona-Real Madrid de la fotografía, es decir, Canon o Nikon. Con la aparición de este 300 mm, que es más económico que las opciones de ambas marcas, tendrás un 420 mm f4 con un teleconvertidor 1.4x y un 600 mm f 5.6 con un teleconvertidor 2X. El objetivo es fantástico, y las críticas que ha recibido son excepcionales. Las letras DG (dispersion glass) explican que el objetivo tiene dos lentes ELD (Extraordinary Low Dispersion) que reducen al mínimo las aberraciones cromáticas que puede dar un teleobjetivo de este alcance. Como le corresponde a un objetivo ambicioso como este, el autofoco es HSM, es decir un motor interno hipersónico, como le llaman en Sigma. Un tele excepcional, sin duda.